martes, 11 de septiembre de 2012

Retraso del lenguaje en los niños


Algunos niños parecen desarrollarse bien en todos los aspectos, pero presentan un retraso del lenguaje o del desarrollo del habla. Estos niños pueden presentar alguno de los trastornos específicos del lenguaje, un ramillete de patologías que presentan marcadas diferencias entre unas otras. Además de la patología el concreto, la adquisición del lenguaje es un proceso que se adquiere de forma evolutiva y conforme al desarrollo madurativo y la edad del niño.

¿Cuándo aparece en los niños el retraso en el lenguaje?


Retraso del lenguaje en los niños
Un niño presenta retraso en el lenguaje cuando, desde el punto de vista cuantitativo (cantidad de vocabulario) o cualitativo (diferentes áreas del lenguaje), está por debajo de la cifra media de los niños de su edad. Si tenemos en cuenta la edad del niño, el retraso en el lenguaje se produce cuando el niño llega a la edad de un año y medio y no dice ninguna palabra, o cuando a los 2 años de edad no consigue unir dos palabras para formar frases sencillas, o no muestra Intención de comunicarse con los demás ya sea verbalmente o mediante gestos.

El diagnóstico del retraso en el lenguaje: cuánto antes mejor


Los criterios que se han establecido para determinar un trastorno específico del lenguaje en un niño, es imprescindible descartar, mediante un diagnóstico diferencial, una serie de criterios como:
- No existencia de deficiencia auditiva.
- No presencia de trastorno neurológico.
- Un Cociente Intelectual (CI) superior a 80.
- La no existencia de otras áreas del desarrollo afectadas como la memoria, ritmo, motricidad,…
Cuando el retraso del niño aparece SOLO EN EL HABLA nos encontramos con algunas características que pueden ser observadas en esos casos:
- Alteración en el orden de las sílabas (cocholate por chocolate).
- Asimilación de consonantes (fufanda por bufanda).
- Ausencia de grupos consonánticos (teno por tengo).
- Sustituciones (pistina por piscina).

Disfasia en el lenguaje infantil


Pero si además del habla, el niño también presenta afecciones en el lenguaje, tendrá dificultades en el uso de pronombres, artículos, tiempos verbales,… siendo su lenguaje muy difícil de entender. En ese caso, estamos hablando de una disfasia. Los niños que presentan retraso en el lenguaje, ya sea leve o severo, han de ser diagnosticados por un especialista lo antes posible, ya que una intervención temprana evitará la aparición de posibles secuelas que podemos traducir por dificultades en el habla (tartamudez), logofobias (miedo a hablar), dislexias (dificultades en lecto-escritura), etc. El retraso del lenguaje es una de las afecciones más frecuentes en una consulta de Logopedia y Foniatría. 

La higiene en la convivencia de niños y animales




Si tienes el deseo de tener una mascota pero duda de que eso pueda ser perjudicial a tu hijo, pues no dudes. Tener una mascota en casa puede ser algo muy educativo para los niños. ¿Y quiere saber el porqué?
Estimula la afectividad del niño.
 Genera actitudes de responsabilidad (tienen que sacarlos a pasear, darles de comer…).
Ayuda a que los niños sean más sociables.
 Potencia la sensibilidad del niño.
A las mascotas hay que darle cariño, nuestro tiempo (tenemos que sacarlo a pasear en el caso de los perros, hay que jugar con él y enseñarle buenos hábitos), dinero (alimentación, veterinario, accesorios…) y un espacio exclusivo para él en nuestra casa. 

Un animal de compañía educa al niño



Tener un animal de compañía en casa puede ser algo muy educativo para los niños. Aunque pueden generar muchas molestias, las mascotas potencian el lado cuidadoso de los niños. Ellos pasan a ser mas cariñosos con los animales, plantas y personas favoreciendo su sensibilidad. Los niños quieren tener un animal en casa porque lo ven como un juguete más, pero que se mueve y hace cosas por sí mismo. Tenemos que enseñar a nuestros hijos a tratar a los animales con cuidado y respeto haciéndoles ver que un perro o un gato no son un juguete sino que necesitan cuidados como ellos. Por ejemplo, la higiene. 


Reglas de higiene para tener una mascota en casa con los niños


Muchos padres se preocupan por los posibles riesgos para la salud de su hijo pequeño por el hecho de tener una mascota. No obstante, si se practican unas pocas y sencillas reglas de higiene, no habrá de que preocuparse:
 La tiña es un estado cutáneo muy contagioso que puede contagiarse de los animales de compañía y que se ve habitualmente en los niños. Si sospechara la existencia de tiña, consulte con su médico.
Evite siempre que el niño bese al animal, sobre todo cerca de la nariz y de la boca.
Anímelo a lavarse las manos después de haber jugado con la mascota, sobre todo antes de tocar o comer alimentos.
Tanto las pulgas como los gusanos se evitan fácilmente mediante el uso regular de tratamientos preventivos.
 En el caso de que haya una infección, trátela con rapidez, y aleje al niño del animal hasta que el tratamiento haya funcionado.



Cuidados con las mascotas


Los cuidados que precisan nuestras mascotas son: en el caso de los perros, sacarlos a pasear dos o tres veces al día, bañarlos una vez al mes, vacunarlos, alimentarlos, cambiarles el agua, cepillarles el pelaje cada semana, aplicarles repelentes insecticidas una vez al mes y desparasitaciones intestinales cada tres o cuatro meses. Parece un trabajo excesivo pero teniendo en cuenta que una mascota puede ser algo muy gratificante tanto para los niños como para los adultos, estos cuidados merecen la pena.

niños mascotas

El deporte en los niños


       ¿Está listo tu hijo para practicar un deporte?



imagen de niño haciendo deporte para imprimir; Imagen de niño jugando al rugby
Si quieres darles a tus hijos un beneficio que durará toda la vida, crea en ellos el hábito de practicar deportes lo más temprano posible. El deporte es bueno para la salud de los niños, porque les ayuda a desarrollarse física y mentalmente, fortalece sus músculos y sus huesos, incrementa su capacidad cardiovascular, combate la obesidad, les da destreza y flexibilidad física y los enseña a coordinar sus movimientos y a relacionarse con los demás. Pero es importante que sepas cuándo están listos tus hijos para las demandas de cada deporte.

Para muchos adultos, hacer ejercicio es trotar o sudar en las máquinas del gimnasio. Para los niños, es diversión: patinar, montar en bicicleta, nadar en la playa o la piscina, correr detrás o junto a sus amiguitos. La actividad física es parte natural de sus vidas, igual que comer y dormir. Pero cuando se trata de los deportes, los niños tienen más éxito y los disfrutan más cuando alcanzan la capacidad física, mental y social que requiere cada uno.


 De 2 a 5 años. Entre esas edades, el niño no tiene todavía la capacidad motora ni el poder de concentración para los deportes organizados. El que más se recomienda en esta etapa es la natación. Es el más adecuado para los niños pequeños. Les enseña coordinación, resistencia, equilibrio y disciplina. El niño puede aprender a desplazarse en el agua, aunque todavía no se mantenga de pie en tierra firme. Pero hay otras actividades físicas como correr, saltar, bailar, lanzar una pelota y atraparla que también les benefician y les permiten experimentar, explorar y copiar lo que ven hacer a otros (por ejemplo, a sus padres o sus hermanitos mayores).

Alimentación Saludable para Niños


Como padre o persona encargada del cuidado del niño, debes saber que para los niños es fundamental comer alimentos saludables pero, los padres y los niños no siempre se ponen de acuerdo acerca de lo que deben comer.


¿Cómo puedes asegurar que los niños están comiendo los alimentos correctos?
Comienza con buenos hábitos alimenticios

Los niños de corta edad necesitan tres comidas regulares más uno o dos bocadillos. Planifica el horario de los bocadillos de tal forma que no queden demasiado cerca de los horarios de las comidas principales. Escoge bocadillos de los cinco grupos alimenticios señalados en la Pirámide Guía de los Alimentos.

Enseña buenos hábitos alimenticios con el ejemplo. Disfruta las comidas con tus hijos. Ellos aprenderán de ti cómo y qué comer. ¡Tus hábitos alimenticios saludables harán que tú también seas más saludable!




Porciones para niños

Sirve porciones pequeñas a los niños de corta edad, si se quedan con hambre ellos pedirán más comida. Ofréceles nuevos alimentos en porciones aún más pequeñas, como una o dos cucharadas.


Ayuda si tienes niños quisquillosos para comer
Con frecuencia los niños quieren comer el mismo alimento comida tras comida, este comportamiento se conoce como "manía por un alimento". Por lo general, esta manía por un alimento no dura lo suficiente para perjudicar la salud del niño; si se trata de un alimento saludable, los padres pueden permitir que el niño lo siga comiendo hasta que se le pase la manía.

Es posible que los niños de corta edad coman menos un día y más al día siguiente, el apetito de los niños depende de su crecimiento y nivel de actividad. Si consideras que el niño está comiendo muy poco o demasiado, consulta a tu médico o dentista.

Utiliza la Pirámide Guía de los Alimentos para Niños de Corta Edad
Está pirámide especial te ayudará a enseñar a tus hijos qué deben comer para crecer y mantenerse saludables. En esta pirámide se muestran los alimentos que los niños conocen y disfrutan.

Ofrece a los niños de corta edad una variedad de alimentos de los cinco grupos alimenticios. Cada grupo proporciona algunas de las sustancias nutritivas y la energía que los niños necesitan. Ningún grupo alimenticio es más importante que otro. Para crecer y ser saludables, los niños necesitan comer diferentes alimentos cada día.


Un desayuno equilibrado puede prevenir la obesidad infantil

Según datos del Ministerio de Sanidad y Consumo de España, sólo el 7,5% de los niños y niñas españoles toma un desayuno equilibrado, es decir, el compuesto por leche, fruta o zumo, e hidrato de carbono. Aproximadamente 20% de la población infantil y juvenil sólo toma un vaso de leche, mientras un 56% sólo lo acompaña de algún hidrato de carbono. La mitad de esos niños dedica menos de 10 minutos para desayunar. En resumen, los niños y niñas españolas desayunan mal, lo que implica, según expertos de Nutrición, en un aumento de la obesidad infantil en la mayoría de los casos.
El desayuno es, según los nutricionistas, una de las comidas más importantes del día. Supone, al menos, ¼ de las necesidades nutricionales de los niños. Cuando los niños no desayunan bien no tienen la energía y la vitalidad para afrontar el esfuerzo físico e intelectual que les exigen las actividades escolares. Además, un desayuno no adecuado hará con que los niños sientan, a media mañana, la necesidad de un gran aporte energético, encontrados en productos de alto contenido de azúcar y de ácidos grasos, como es la bollería y tantos otros que están directamente relacionados con el crecimiento de los índices de sobrepeso y de obesidad durante la infancia, por su alto contenido calórico.

El desayuno ideal

En muchas ocasiones, por la falta de tiempo, las prisas, y los atrasos, algunas familias prescinden de dar de desayunar a sus hijos en casa. Son obligados, por las circunstancias, a llevaren a sus hijos más temprano al colegio y que desayunen allí. Esa es una buena salida desde cuando los padres conozcan qué es lo que desayunan sus hijos. En la mayoría de las escuelas, el menú es controlado por nutricionistas, lo que significa que se puede confiar en el servicio.
A los padres que tienen más tiempo, en casa, el desayuno ideal y adecuado es el que sea variado en alimentos que tengan nutrientes necesarios:
  • Lácteos: leche, yogur, y/o queso
  • Cereales: galletas, pan, copos, entre otros
  • Grasas: aceite de oliva, mantequilla o margarina
  • Frutas o Zumo
  • Otros: mermelada, algún fiambre, miel, etc.



                                                                


Cuando el desayuno aporta por lo menos 3 alimentos de los citados arriba, con toda seguridad, contribuirá a que los niños tengan más energía y más fuerza para desarrollar las actividades que les exijan.
Todo es una cuestión de hábito. Si desde la más temprana edad los niños son acostumbrados a desayunar bien, su organismo se habituará a esta costumbre, y le exigirá un buen desayuno todos los días, y ellos se sentirán satisfechos. Y la familia estará previniendo lo que hoy es una preocupación mundial de los expertos de alimentación: la obesidad infantil.

Guía sobre las vacunaciones para niños

A nadie le gusta que le pongan inyecciones. Pueden ser dolorosas, y asusta un poco saber que un enfermero va a clavarte una aguja. Pero las inyecciones que contienen vacunas te protegen de algunas enfermedades graves. Esas enfermedades podrían hacer que te encontraras muy mal. El pinchazo de la inyección no es nada comparado con cómo te encontrarías si infectaras por alguna de esas enfermedades. 


Niña vacunándose



Las vacunas te protegen al contener solamente una parte diminuta del germen que provoca la enfermedad o una versión del germen que está muerta o debilitada. Si te inyectaran el germen completo y vivo, contraerías la enfermedad (por ejemplo, el sarampión o la varicela).
Pero, si te inyectan solamente una parte pequeña, muerta o debilitada del germen, no contraerás la enfermedad. Ocurrirá justamente lo contrario, ya que tu cuerpo reaccionará a la vacuna fabricando anticuerpos. Los anticuerpos forman parte del sistema inmunitario y lucharán contra la enfermedad en caso de que algún día entres en contacto con el germen nocivo.
Cuando el cuerpo de una persona está protegido contra una enfermedad porque tiene los anticuerpos que le permiten luchar contra ella, se dice que esa persona es inmune a la enfermedad. Esto significa que en la mayoría de los casos no contraerá la enfermedad, aunque es posible que la contraiga pero de una forma leve. Esto puede ocurrir con la varicela. Incluso los niños que están vacunados contra esta enfermedad pueden contraerla. Pero la buena noticia es que la contraen de una forma leve, es decir, con menos granos y menos picores.
Las vacunas se administran mediante inyecciones. La jeringa contiene la vacuna líquida, y la aguja tiene un agujerito en el centro para que el líquido pase a su través. Las inyecciones se suelen poner en el brazo o a veces en el muslo.
Primeras vacunas:
Otra buena noticia es que a los niños les ponen la mayoría de las vacunas antes de los dos años. De modo que, si eres lo bastante mayor como para leer este artículo, ¡ya te habrán puesto la mayoría de vacunas!
Hay unas pocas vacunas que se administran entre los cuatro y los seis años. La siguiente tanda de vacunas no se suele administrar hasta los 11 o 12 años aproximadamente.La mayoría de los niños deben recibir la vacuna de la gripe cada año. Algunos niños la recibirán como una inyección y otros la recibirán en forma de aerosol por la nariz.
¿Por qué tienen que vacunarse los niños?

Las vacunas son estupendas para los niños porque los protegen de enfermedades graves. Y también son estupendas para la salud global del país y del planeta. ¿Por qué? Porque, si casi todos los niños están vacunados, los gérmenes tendrán muy pocas probabilidades de infectar a nadie.
Puesto que la mayoría de los niños de EE.UU. tienen las vacunas en regla, es muy raro conocer a alguien que haya pasado enfermedades como el sarampión o las paperas. Probablemente tus padres habrán presentado en tu colegio tu carné de vacunaciones para justificar que tienes las vacunas en regla. Los colegios y los campamentos de verano piden estos comprobantes porque no quieren que los niños que se matriculan en ellos contagien o contraigan enfermedades graves.
¡Me duele el brazo!
Bueno, es verdad. Ponerse una vacuna puede doler. Pero el dolor suele durar bastante poco. Si lloras, no te dé vergüenza. Muchos niños lo hacen. Para hacer más llevadero el pinchazo, prueba a llevarte tu peluche favorito o pide a tu madre o padre que te coja la mano cuando te pongan la inyección. Y después, ¡tal vez te hagan un regalo si has sido valiente! Quizás el médico te dé varias pegatinas o tus padres te lleven a algún sitio especial.
A veces, después de ponerte una vacuna, te dolerá el brazo, se te enrojecerá o te saldrá un bultito en el lugar del pinchazo. Es posible que tengas un poco de fiebre. Tus padres pueden explicarle a tu médico cualquier problema que tengas. Por lo general, el dolor dura poco y se alivia tomando analgésicos (medicamentos para el dolor), como el paracetamol (acetaminofen) o el ibuprofeno.
Está bien que no te guste que te pongan vacunas, ¡Pero vacunarte es lo mejor que puedes hacer para estar sano!